Algo de mi...
miércoles, noviembre 18, 2015
Algunas veces, insertos en nuestros propios pensamientos, dejamos pasar las cosas que realmente son nuestro destino. Las obsesiones nos juegan una mala pasada y el querer vivir una vida que no nos pertenece se convierte en una sombra extraña que no solo nos persigue, puede llegar a condenarte.
Cuánto estas dispuesto a dejar? cuánto estas dispuesto a perder? Peor aún....cuánto estas dispuesto a apostar??
La verdad es que es curioso ver nuestro destino en una libreta, fijo, con una principio y un fin determinados por una sociedad que acusa la perfección, según unos parámetros exitistas que ni si quiera se comparten. Sin embargo continuamos. Y tratamos de encajar en esta rueda que no para, dónde no somos capaces de determinar la dirección, por esta demasiado preocupados haciéndola funcionar. Cuál es la receta para la felicidad? No lo sé. probablemente nadie la conoce, solo te encontraste con el camino correcto, en el momento oportuno. Hay qué tratar? si, Hay que intentarlo? absolutamente!! Se debe buscar la felicidad disfrutando de pequeñas cosas cada día? es la única forma. Alguien te puede ayudar.......no lo creo......
lunes, julio 30, 2012
In-Tolerancia
Para partir, quiero aclarar que lo que viene a continuaciòn, es sin un color polìtico ni tendencia sexual ni una tendencia explìcita a algo. Solo una crìtica sobre algo que me viene molestando hace algùn tiempo. Esto se llama TOLERANCIA.
Si, como lo leen, ese es mi problema. Estoy absolutamente aburrida de la gente que exige tolerancia y amplitid de criterio, pero que no son capaces de pensar en los demàs al momento de hacerse escuchar. Cansada de que si los carabineros le pegan a un delincuente se les acuse de abuso de poder, de que las marchas sean legales y terminen con miles de personas encerradas en sus casas sin poder salir, ni dormir, ni estudiar, ni trabajar tranquilos, porque algunos grupos decidieron marchar para lograr que el gobierno los escuche. Estoy aburrida de TENER que entender, justificar y apoyar a la sociedad homosexual, porque sino, no estoy pensando como persona, porque todos somos iguales. Estoy chata de la gente que maneja mal y no le importa si provoca algun accidente (en el que podrìa estar algun miembro de mi familia) y tal vez lo que mas me molesta, es que el gobierno tenga que cuidar los espacios para las adicciones, si, asì como lo leen. Me molesta que vaya delante mio una persona caminando mientras fuma, tirandole el humo a mis niñitas. Encuentro insòlito que vaya gente a fumar a las plazas donde juegan niños que no tienen opciòn de decidir ser o no fumadores pasivos, y que cuando digo que la marihuana es un problema, todo el mundo piense que estoy loca.
Cuesta darme cuenta que la tolerancia en este paìs es para pensar igual que el resto y que si decido pensar que lo que estaba estaba establecido està bien, entonces yo estoy mal, porque soy poco tolerante y no tengo preocupaciòn social.
Se supone que la libertad de cada uno termina donde empieza la del vecino, pero resulta que actualmente, la libertad de cada uno es algo asì como "respetenme y aceptenme y no me importa lo que le pase a los demàs con eso, porque lo que yo pienso es mas importante y si tu piensas distinto, eres una mala persona que no se preocupa de los derechos de la gente".
viernes, mayo 22, 2009
Islas

Foto: Ricardo Scheleff
Pequeños espacios de tierra que nos dan cierta suerte de seguridad, eso es, nuestras propias islas creadas para tener un lugar donde descanzar y evitar undirnos. Cómo se comparte?? Cómo, en qué minuto decides que se puede aceptar a alguien invadiendo tu privacidad y tu espacio??
Es fácil ver historias, incluso escucharlas a la distancia, pero compartirlas....no sé compartirlas....no puedo, trato y lo más cerca que llego es a hacer invitaciones momentaneas a paseos fugaces que podrían desaparecer sin dejar rastro y sin lograr perturbarme más allá de un instante.
Pero ahí están, y al mirar las islas vecinas vemos atardeceres solitarios y crece la añoranza de tiempos pasados con fantasmas de ilusión.
Y vuelven a nacer las ganas de tratar, pero esta vez, sin la fuerza para para hacerlo, sin el ánimo de tener más desilusiones ni dolores creados gratuitamente.
Y qué pasa si cada persona pensara como yo?? Qué pasaría si el mundo entero se quisiera quedar en su isla y nunca llegara alguien a buscarme?? Saldría yo?? Lo dejaría entrar sólo por no sentirme sola en un espacio infinito? Dejaría mi paz inventada para buscar una paz compartida más real?? O tal vez, no sería tan real como creo??
Será mi paz real, adornar mi espacio, determinar mis espacios y preparar mi isla para mi?? Será que habemos personas creadas para estar solas y disfrutarlo? O solo será que aun no aparece la persona que debe venir a acompañarme y eso me provoca ansiedad??... La espera no me molesta, pero si la insertidumbre....Me duele saber que cierro puertas y hago daño al no dar espacio, al ni siquiera intentarlo. Pero no quiero intentarlo, y qué se puede hacer contra el no querer tratar.......
martes, abril 28, 2009
El Principito....Algo Para Pensar y Recordar

....Entonces apareció el zorro: -¡Buenos días! -dijo el zorro. -¡Buenos días! -respondió cortésmente el Principito que se volteó pero no vio nada. -Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.-¿Quién eres tú? -preguntó el Principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
Ven a jugar conmigo -le propuso el Principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el Principito. Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el Principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -dijo el Principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el Principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... " -¿Crear vínculos? -Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú para mí todavía no eres más que un niño igual a otros cien mil niños. Y no te necesito. Tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el Principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -dijo el zorro-, en la Tierra se ve todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el Principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro. Y añadió:
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Así es que me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se llenará de luz. Reconoceré el sonido de tus pasos que serán distintos de todos los demás. Los otros pasos harán que me esconda bajo la tierra. Los tuyos, en cambio, me harán salir de mi madriguera como una música ¡Mira! ¿Ves allá los trigales? Yo no como pan. Los trigales no significan nada para mí y eso es triste. Pero tú tienes los cabellos color de oro. Entonces, si me domesticas, será maravilloso, porque el trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y amaré el sonido del viento en el trigo… El zorro guardó silencio y miró detenidamente al Principito:
-¡Por favor... domestícame! –dijo el zorro.
-Me encantaría -respondió el Principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que descubrir amigos y conocer muchas otras cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-.
Los hombres ya no se dan tiempo para conocer nada. Compran todo hecho en las tiendas. Pero como en las tiendas no venden amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el Principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Al principio te sentarás un poco lejos de mí, así, de esta manera, sobre la hierba. Te miraré de reojo y tú no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El Principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que volvieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Y cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro ya estaré inquieto y preocupado; ¡y así, cuando llegues, descubriré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -dijo el Principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea distinto de otros días, una hora, distinta de otras horas.
Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves salen a bailar con las muchachas del pueblo. Entonces el jueves para mí es un día maravilloso, porque puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Así fue como el Principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando la hora de partir, el zorro dijo:
-¡Ay… lloraré!
-Es tu culpa -dijo el Principito-. Yo no deseaba hacerte daño, pero tú quisiste que te domesticara.
Por supuesto -dijo el zorro.
-¡Pero vas a llorar!
-Claro que sí.
-¡Entonces no has ganado nada! –dijo el Principito.
-Claro que sí -dijo el zorro- Gané el color del trigo. Y agregó: Ve a ver las rosas otra vez; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Luego vuelve para que me digas adiós y te regalaré un secreto.
El Principito fue a ver las rosas.
-Ustedes no se parecen en nada a mi rosa; no son nada aún –les dijo-. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como era mi zorro: un zorro parecido a miles de zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora él es único en el mundo.
Las rosas se sintieron molestas. -Ustedes son muy bellas, pero están vacías –les dijo el Principito-. Nadie daría la vida por ustedes. Por supuesto que cualquiera al pasar podría creer que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes juntas, porque fue a ella a quien regué. Fue a ella a quien abrigué con un fanal y a quién protegí detrás de un biombo. Porque por ella eliminé las orugas (salvo dos o tres que se hicieron mariposas), y es a ella a quién escuché quejarse o vanagloriarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa.
Y volvió donde el zorro:
-Adiós… -dijo el Principito.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito, para recordar.
-Es el tiempo que has dedicado a tu rosa lo que la hace importante.
-Es el tiempo que he dedicado a mi rosa... -repitió el Principito, para recordar.
-Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla –agregó el zorro-. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
-Soy responsable de mi rosa... -repitió el Principito, para recordar. Y tendido sobre el césped lloró.
"El Principito"......
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